viernes, 16 de abril de 2010

'Polonia es ahora un experimento electoral'

TRAGEDIA HISTÓRICA | Entrevista

(Rosalía Sánchez, Varsovia, 15/04/2010)

El ex ministro Rosati. Reuters

El ex ministro de Exteriores Rosati analiza y avisa sobre la actualidad polaca: 'Nadie se puede imaginar lo que puede conllevar el entierro en Wawel'

Nunca antes se han celebrado en Polonia unas elecciones tan inciertas como las que tendrán lugar en junio. Y nadie puede predecir hacia dónde se volcará toda la emoción que se ha apoderado de los polacos tras la muerte del presidente Lech Kaczynski y el resto de altos cargos del Gobierno.
"En este momento Polonia es un campo de pruebas, un gran experimento electoral en un laboratorio de dimensiones reales", advierte Dariusz Rosati, ex ministro de Exteriores polaco, quien considera que el estado de excepcionalidad de hecho debe ser reducido al máximo con unas elecciones cuanto antes.
Dariusz Rosati fue ministro de Exteriores polaco entre 1994 y 1997 y recuerda haber volado docenas y docenas de veces en el avión siniestrado. Relata cómo recibió la noticia del accidente durante un acto en la Facultad de Economía de la Universidad de Varsovia, en la misma sala en la que recibe a EL MUNDO.

Conocía a casi todo el pasaje y se repetía las mismas preguntas que el resto de los polacos: "¿Por qué a nosotros? ¿Por qué en Katyn?". Pero, todavía con el shock en el rostro, es consciente de que Polonia debe reaccionar: "Hay muchas importantes decisiones que deben ser tomadas cuanto antes".
El ex titular de Exteriores Rosati sigue al minuto la evolución de los acontecimientos en Varsovia y advierte que Komorowski no lo tiene nada fácil y que "en los círculos políticos hay muchos comentarios críticos sobre sus primeros pasos. Su primera aparición pública fue demasiado formal, dio una impresión muy fría porque no tuvo ni una sola palabra de referencia a los sentimientos de condolencia en ese momento tan intenso. Explicó el procedimiento constitucional a seguir, llamó a la unidad, pero nada más y dio una imagen que disgustó a muchos".

Tropas polacas en Afganistán
Señala también que "algunas de sus decisiones parecen precipitadas, como firmar la prolongación de la misión de tropas polacas en Afganistán, que no era tan urgente", pero aún así reconoce que "sigue siendo el candidato electoral con una posición más fuerte de partida", más que nada porque su opositor, Ley y Justicia, ha perdido a toda su directiva.
Jaroslaw Kaczynski, a su juicio, no hubiera tenido ninguna posibilidad en unas elecciones normales, "pero ahora invade a los polacos una especie de nueva simpatía por la familia presidencial. Todo esto hace la situación muy incierta. No hay precedentes, no sabemos cómo van a reaccionar los polacos".
Rosati enumera las prioridades: fecha electoral definitiva, nombramientos que saquen al país del estado de excepción de hecho y cierre del debate sobre el entierro de Kaczynski en Wawel.
"Hay tantos sentimientos, que los polacos se encuentran muy impresionados. La unidad en la condolencia parece haberse roto. Quizá sería posible decidir ahora el entierro de Lech Kaczynski en un lugar provisional, y esperar a un momento más sereno para testar el grado de consenso nacional acerca de si debe o no ser enterrado en Wawel, cuando sea posible tomar ese tipo de decisiones sin tanta emocionalidad", sugiere.

Entierro en Wawel
"Hace sólo unos días no podíamos imaginar que una tragedia podía unir a los polacos hasta el punto que ha sucedido. Quizá ahora no podamos imaginar hasta qué punto un enfrentamiento sobre el lugar que corresponde a Kaczynski pueda desunir al país".
En su calidad de ex jefe de la diplomacia, gradúa la valoración del acercamiento entre Polonia y Rusia que ha sorprendido a propios y extraños. "La mejora de las relaciones con Rusia no tiene como única causa la tragedia, hace ya muchos meses que avanzan por buen camino y la prueba de ello ha sido la organización del aniversario de Katyn. Pero sí es cierto que la excelente cooperación de Rusia y la atención que ha prestado a las víctimas sobre el terreno ha acercado más a los dos pueblos. Eso no quiere decir que las cuestiones y desencuentros que tenemos pendientes con ellos desde hace 20 años se vayan a solucionar de un plumazo: seguimos negándonos al monopolio energético ruso que deja a Polonia en una situación de dependencia, y seguimos convencidos de que la OTAN no es un adversario y queremos sus sistemas antimisiles en nuestro territorio. La aproximación de los últimos días es emocional y por muy optimista que sea no me atrevo a decir que vaya a influir en la solución de esas diferencias de las que hablo".

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