lunes, 24 de mayo de 2010

El agua inunda Varsovia

Tras las intensas lluvias torrenciales del sur, la crecida del río Vístula amenaza la capital de Polonia.

(Paco Soto, Colpisa, 23/5/2010)

Una vivienda inundada en la aldea de Swiniary, (Polonia) el domingo, 23 de mayo de 2010. Los muertos por las inundaciones que se registran en Polonia son ya doce, informó un portavoz de los equipos de emergencia a la radio pública polaca. El primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó el viernes que las pérdidas causadas por las inundaciones en Polonia, las más graves en los últimos 160 años, pueden superar los 2.500 millones de euros. EFE/Piotr Piotrowski.

El agua empezó el domingo a inundar plazas y calles del extrarradio de Varsovia, y las autoridades no descartan la necesidad de cerrar este lunes unas 120 escuelas y evacuar a 100.000 personas que viven en barrios que bordean el río Vístula.
Tras las inundaciones provocadas por tres días de intensas lluvias en amplias regiones del sur de Polonia, que se saldaron con la muerte de al menos 12 personas, la evacuación de miles de ciudadanos y cuantiosos daños materiales, la crecida del río Vístula amenaza la capital polaca. Así será, probablemente, hasta el martes. El nivel del rió, a su paso por Varsovia, ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 60 años: 7,80 metros de profundidad, y las fuertes corrientes que alborotan el agua preocupan a los varsovianos. La alcaldesa de esta urbe de 1.600.000 habitantes, Hanna Gronkiewicz-Waltz, ha pedido a los habitantes que residen en zonas cercanas al río que estén preparados para hacer frente a una emergencia. Según la alcaldesa, «la situación es seria, pero no dramática». Las autoridades municipales y el Gobierno han puesto en marcha un plan de prevención de inundaciones. El objetivo prioritario es evitar muertes y heridos y limitar, en la medida de lo posible, los daños materiales. La capital de Polonia sufre de un enorme retraso en cuanto a infraestructuras y las lluvias provocan muy a menudo inundaciones de calles, carreteras, garajes y bajos de viviendas. En esta ocasión, los responsables gubernamentales y municipales se han adelantado a la catástrofe.

Vigilancia extrema
Desde hace varios días, bomberos, policías y otros cuerpos de seguridad patrullan por las zonas de mayor riesgo de la ciudad, secundados desde el cielo por potentes helicópteros que vigilan cualquier movimiento sospechoso de las aguas del Vístula.
Centenares de voluntarios trabajan día y noche para evitar la tragedia. El zoológico de Varsovia, que alberga a unos 5.000 animales, fue declarado zona de máximo riesgo a causa de su cercanía al río Vístula, aunque el pasado sábado su director confirmó que está abierto y descartó algún tipo de peligro para las especies vivientes en este recinto y sus trabajadores y visitantes.
Las autoridades temen que se puedan romper los diques de contención del agua, que han sido reforzados con barreras de sacos terreros, unos 200.000 en toda la ciudad.
De momento, sólo han ocurrido rupturas en algunas zonas, como en el distrito de Praga, «y es por eso que tenemos que estrechar la vigilancia y evitar comportamientos incívicos que pondrían en peligro la vida de los ciudadanos», explica Pawel, un joven policía municipal. Los bomberos tratan de limitar la afluencia del agua, ayudados por grupos de buceadores, y de evitar nuevos deslizamientos de tierra. Danuta, que vive cerca de una zona afectada, en un viejo edificio gris y destartalado de la época comunista, expresa su «desesperación» por «la tragedia que nos invade», y cree que «los polacos sufrimos el enfado de la naturaleza, pero también la incompetencia de nuestros políticos y su falta de previsión».
Los medios de comunicación llevan días criticando al Gobierno por el mal estado de las infraestructuras del país, la falta de previsión frente a catástrofes naturales y la ausencia de planes anti-inundaciones. El desbordamiento de las aguas del Vístula, que cruza el país de norte a sur, es navegable para barcos de poco tonelaje y está comunicado por medio de canales con el río Oder, y la ruptura de algunos diques, han inundado barrios enteros de otras ciudades grandes como Torun y Wroclaw y numerosos pueblos, casas y campos de cultivo. En Annopol, en el sureste de Polonia, unos 100 edificios han sufrido dañados por el agua; en Sandomierz, al sur, muchos inmuebles y casas se han visto afectados y en la localidad de Pulawy, a 100 kilómetros al sur de Varsovia, la mayoría de sus habitantes ha renunciado a la evacuación y se ha parapetado en sus viviendas.

Daños económicos
El primer ministro polaco, Donald Tusk, cifró los daños ocasionados por las inundaciones en unos 2.500 millones de euros, y pidió ayuda a la UE para la reconstrucción de las zonas afectadas.
Tusk reconoció que «miles de kilómetros de diques tendrán que ser reparados o reconstruidos» después de las crecidas del Vístula. El agua ha echado a perder parte de la producción agrícola de las zonas afectadas y la actividad industrial también se ha visto dañada, con la suspensión durante dos días consecutivos de la actividad de la mayor fábrica de automóviles de Polonia, situada en Tychy (sur del país) y propiedad de la multinacional italiana Fiat.
Desde el pasado mes de abril, unas 23.000 personas han tenido que ser evacuadas por culpa de las inundaciones. Si el Gobierno polaco decretara el estado de emergencia, la decisión supondría un retraso de las elecciones presidenciales, adelantadas al próximo 20 de junio después de la muerte del presidente del país, Lech Kaczynski, en el accidente aéreo de Smolensk (Rusia), porque así lo marca la Constitución.

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