miércoles, 4 de noviembre de 2009

Komorowski: «Se terminaba el aislamiento de Polonia como primer país libre del bloque soviético»

20 años de la Caída del Muro de Berlín

(JOSÉ GRAU | MADRID. ABC)

Bronislaw Komorowski, el presidente del Parlamento polaco, nació en Oborniki Slaskie (en la Silesia polaca) el 4-6-1952, en una familia expulsada de Vilna tras la II Guerra Mundial. En 1989, cuando su país ya se había sacudido el yugo comunista, el primer ministro polaco era Tadeusz Mazowiecki. Tras las elecciones del 4-6-1989 y el triunfo aplastante del sindicato Solidaridad, Mazowiecki se había convertido en el primer jefe de Gobierno no comunista del bloque del Este tras 1945.

Komorowski, en Madrid, entrevistado por ABC | IGNACIO GIL

Komorowski, en 1989, era un joven historiador que venía de la oposición al marxismo y comenzaba su carrera política. Trabajaba precisamente para Mazowiecki, como director de gabinete del Consejo de Ministros.

El año de la libertad
El presidente del Parlamento polaco ha estado en Madrid y ha conversado con ABC. Aprovechamos para preguntarle por aquel año de la libertad y por el significado para el país del Vístula del vigésimo aniversario de la caída del Muro.
A lo anterior, contesta Komorowski: «Nosotros ya hemos celebrado la caída del comunismo en nuestro país, hace 20 años, gracias a Solidaridad, las elecciones libres del 4 de junio de 1989 y la formación del primer gobierno democrático, en septiembre de 1989. La caída del Muro de Berlín es un acontecimiento decisivo no sólo para Alemania, sino también para nuestra nación. Se terminaba el aislamiento en que había caído Polonia como primer país que se había librado del bloque soviético».
Continúa este político en estos términos: «Además, la caída del Muro de Berlín tiene una dimensión política, porque el canciller Helmut Kohl se enteró de que se derrumbaba el Muro estando en Polonia, en la primera visita que hacía un canciller alemán a una Polonia que había dejado de ser comunista, invitado por Tadeusz Mazowiecki».
Desde entonces, las relaciones entre Polonia y Alemania, que históricamente han estado marcadas por la destrucción, no han hecho nada más que mejorar.
Lo corrobora también Komorowski: «Estos lazos positivos -con Alemania también tenemos muchas experiencias negativas- los vamos a conmemorar estos días levantando dos monumentos, uno en Berlín y otro en Silesia. En territorio ahora polaco hay una tierra casi sagrada para los demócratas alemanes, Kreisau (Krzyzowa, en polaco), donde maduró la oposición a Hitler. Ya desde hace algún tiempo, frente al Bundestag alemán hay un monumento en honor a Solidaridad, por donde pasaba el Muro de Berlín. Allí reposa un fragmento de una tapia de Gdansk, y una inscripción donde el pueblo alemán agradece la contribución de Solidaridad en la caída del Muro de Berlín. Es un monumento que levantaron los alemanes. Nosotros levantaremos otro en Kreisau, con un fragmento del Muro de Berlín».

Un día memorable
Helmut Kohl llegó a Varsovia el 9 de noviembre de 1989. Era una visita muy importante, de seis días, para impulsar la reconciliación con una Polonia arrasada por los alemanes durante la II Guerra Mundial. Pero Kohl no se podía imaginar que en la misma jornada en que llegaba a Varsovia, cayera el Muro de Berlín.
Entonces, este redactor era corresponsal en Varsovia. El 10 de noviembre de 1989, a media mañana, Kohl había convocado una conferencia de prensa en el recién inaugurado hotel Marriott de Varsovia, que ocupaba enteramente la delegación germana. Al comenzar la rueda de prensa, ABC tuvo la oportunidad de preguntarle a Kohl qué le parecían las noticias que llegaban de Berlín. La contestación fue clara: se estaba escribiendo historia universal. Los sucesos eran de tal calibre que, en ese momento, Kohl comunicaba que interrumpía su visita oficial a Polonia, y que volaba a Berlín ya, nada más terminar esa conferencia de prensa.

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