El presidente de Polonia, el euroescéptico Lech Kaczynski, se opuso ayer de manera radical a que su país, uno de los pocos grandes de Europa que no ha entrado en recesión, adopte el euro de manera rápida. El Gobierno de Donald Tusk había planteado la posibilidad de que Varsovia adopte el euro en el 2012. Los sectores empresariales más dinámicos y las clases medias urbanas polacas ven con buenos ojos la entrada en la moneda única, pero las capas populares más empobrecidas recelan de la medida, porque creen que perjudicará sus frágiles rentas.
Kaczynski aseguró que, en tiempos de crisis, la entrada rápida en el euro sería «nociva» para la economía polaca. El jefe del Estado defendió que «la adopción del euro no es ninguna panacea contra la crisis. Al revés, en este contexto, una operación de esta envergadura sería muy arriesgada para Polonia».
(P.S. 23/5/2009 La Voz de Galicia)
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