(Gazeta Wyborcza, Rafal Zasun y Tomasz Bielecki, 11/07/2010)
Desde principios de los años noventa el sector minero polaco está sometido a un proceso de reestructuración. El presupuesto del Estado invirtió en las minas decenas de miles de millones de zlotys. Este año las minas polacas recibirán 400 millones de zlotys. El Estado subvenciona las minas porque los bancos no están dispuestos a concederles créditos. Aunque la ayuda pública para empresas es prohibida por la UE, el sector minero constituye una excepción. La directiva comunitaria que permite subvencionar el sector minero caduca el año en curso. Hace dos semanas el comisario para la competitividad, el español Joaquín Almunia propuso que los estados puedan seguir ayudando a las minas hasta el año 2022. El gobierno polaco apoya esta propuesta. Polonia quiere seguir subvencionando las minas porque un 90% de la energía eléctrica consumida en el país es fabricada del carbón. Por otro lado, el ministerio de Economía está consciente de que una ayuda permanente significa que el estado de hecho acepta el que el sector minero seguirá siendo irrentable. El contexto político y social resulta más importante.
Durante dos años el ministro de Finanzas, Jacek Rsotowski y el ministro de Economía Waldemar Pawlak discutían sobre si mantener o no las subvenciones a las minas. Rostowski insiste que las minas polacas deberían por fin traer beneficios y buscar financiación en bancos en la bolsa de valores. Pawlak opina que no es posible y por ello ha insistido en mantener las subvenciones. Rostowski ha tenido que ceder consiguiendo únicamente que se reduzca el montante de las ayudas de ochocientos a cuatrocientos millones de zlotyz.
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