(Varsovia, 10/05/2010, EFE)
Polonia recuerda un mes después la tragedia Smolensk y pide conocer la verdad. EFE
Cientos de ciudadanos depositaron hoy flores y velas a las puertas del palacio presidencial de Varsovia, donde una gran cruz recuerda a los 96 fallecidos en la tragedia de Smolensk (Rusia), mientras otros se concentraron para "exigir la verdad" sobre las causas de la tragedia aérea.
El 10 de abril, hace hoy un mes, el avión presidencial polaco se estrelló cuando intentaba aterrizar en el aeródromo ruso de Smolensk, causando la muerte de todos sus ocupantes, entre ellos el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, su esposa, María, y el resto de la comitiva y altas personalidades del país.
La catástrofe se produjo en unas pésimas condiciones climáticas y aún encierra muchas incógnitas, por lo que el colectivo "Diez de abril" (fecha del accidente), ha pedido al primer ministro polaco, Donald Tusk, la creación de una comisión internacional que determine las causas del siniestro al margen de las investigaciones rusas.
Varios centenares de ciudadanos exigieron "la verdad" sobre esta tragedia y recogieron firmas para que se lleve a cabo un análisis más completo de las circunstancias que rodearon el accidente.
Mientras, otros varsovianos prefirieron mantenerse al margen de la polémica y se limitaron a depositar flores y velas en los accesos al palacio presidencial, donde fotografías y una cruz de madera recuerdan a los 96 muertos.
"Todavía no me he recuperado de la pérdida que hemos sufrido los polacos", explicaba Bogumila, una anciana que acudió al palacio con un tulipán y una pequeña foto de la pareja presidencial fallecida en Smolensk.
Antes, a primera hora de la mañana, parroquias de todo el país celebraron misas en recuerdo de las víctimas del accidente, que dejó a Polonia huérfana de algunos de sus principales dirigentes y ha forzado a convocar elecciones presidenciales anticipadas para el próximo 20 de junio.
Por su parte, el diario 'Rzeczpospolita' asegura hoy que el piloto del avión presidencial no podía aterrizar en Smolensk a causa de la escasa visibilidad (menos de 500 metros) provocada por la niebla, aunque finalmente decidió tomar tierra.
El aeródromo ruso carece de los sistemas de guía por satélite, por lo que el piloto se vio obligado a maniobrar guiándose exclusivamente por su vista, algo que debería de haber hecho únicamente si la visibilidad hubiese sido de, al menos, 1.200 metros.
Según "Rzeczpospolita", la decisión de aterrizar en esas condiciones sólo se explica por la falta de precisión de las comunicaciones con el controlador ruso o su comprensión incorrecta, ya que dadas la intensa niebla y las características del aeródromo, los pilotos deberían haber volado a otro lugar en lugar de intentar aterrizar.
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