(Maciej-Niko Zamiatowski, Madrid, 13/04/2010, Elmundo.es)
- Se especula con que pudiera recibir presiones de algún alto cargo
- El 2008 Kaczynski ya obligó a un piloto a aterrizar en condiciones adversas
- En Polonia no hay normas al respecto de vuelos conjuntos de altos cargos
Ramo de flores en el asiento del presidente de la nación en el Parlamento polaco. EFE
Dos días después del trágico accidente aéreo que ha decapitado a la cúpula política de Polonia, el país sigue sumido en un profundo luto y todo son preguntas sin respuesta. A día de hoy Polonia es un hervidero de conjeturas y el sentir de las calles está pasando a convertirse en un gran interrogante.
¿Cómo es posible que casi toda la élite política de un país volara en un mismo avión? ¿Por qué los pilotos tomaron la decisión de aterrizar a pesar de las pésimas condiciones meteorológicas? ¿Por qué desoyeron las advertencias de la torre de control? Estas y otras incógnitas son el principal tema de conversación de los polacos en estos momentos, que lejos preocuparse por el futuro político del país -todavía conmocionado- dejan a un lado las diferencias entre izquierdas o derechas y entonan el ya famoso "ahora todos estamos unidos".
Ahora, que ya han sido recuperadas las tres cajas negras del aparato, los detalles de la catástrofe comienzan a ser más claros. Las pocas teorías de conspiración o atentado terrorista que pudiera haber se están disipando, y diversos expertos en aviación han dado su opinión al respecto: "el avión estaba en perfecto estado. Todo apunta a que el fallo fue humano".
Los últimos instantes del Tupolev-154
A escasos 10 minutos de tomar tierra -a 50 kilómetros del aeropuerto de Smolensk- la torre de control se pone en contacto con la tripulación advirtiendo de que en la zona hay una densa niebla y les recomienda que se desvíen al aeródromo de Minsk o Moscú. Pero los pilotos desoyeron estas indicaciones y decidieron arriesgarse. "Tengo combustible suficiente. Voy a dar un par de vueltas y si no consigo posar la máquina me voy a otro aeropuerto". Estas fueron las palabras del comandante del avión. El piloto dio tres vueltas de reconocimiento y después se dispuso a tomar tierra. Minutos después la aeronave, desviada 10 o 15 metros por debajo de su senda de aproximación, se enganchaba contra una torre de radio y posteriormente chocaba contra la copa de varios árboles.
El avión estaba en perfecto estado. Todo apunta a que el fallo fue humano', afirma un experto en aviaciónLos pilotos intentaron levantar el aparato, pero "con más de 100 toneladas de peso, el avión, en el momento del aterrizaje, está suspendido en el aire y es imposible hacer cualquier maniobra", dice Magomed Talbojew, cosmonauta ruso. Con estos datos queda claro, pues, que no hubo cuatro intentos de aterrizaje, sino que fue durante la primera aproximación cuando sucedió la catástrofe.
Entonces, si la torre de control desaconsejó la maniobra, ¿por qué la tripulación decidió seguir adelante? Alexander Aloszyn, general de las fuerzas aéreas rusas confirma que: "en ningún momento se les prohibió el aterrizaje, no estamos autorizados para ello, la última decisión pertenece al piloto y éste dijo: 'aterrizamos'". El procedimiento en este tipo de casos es ir informando a la torre de control sobre el estado de la maniobra. Uno de los controladores del aeródromo dice que al principio sí había contacto por radio con la tripulación, pero después dejaron de contestar desoyendo toda advertencia.
Los expertos aseguran que los pilotos del Tupolev-154 eran "auténticos expertos". De hecho "realizaron la maniobra de aproximación con precisión quirúrgica", aunque algo salió mal. El descenso iba perfectamente, pero instantes después, tras perder la guía de la senda de aproximación e incluso sabiendo que se iban a estrellar, los pilotos intentaron minimizar el impacto, ya que no cayeron aplomo contra el suelo, sino que la nave se fue desintegrando por el contacto con los árboles y se partió por el golpe progresivo contra la superficie. Después comenzó a arder.
Presión para aterrizar
Las especulaciones sobre si la tripulación pudo recibir algún tipo de presión de algún alto cargo o incluso del mismo presidente están cobrando cada vez más fuerza. Según la prensa polaca, el avión iba con retraso y la delegación gubernamental tenía mucho interés en no desviarse y tomar tierra en Smolensk.
La hipótesis de una posible presión ejercida sobre la tripulación parece no sorprender a nadie. Y es que en 2008 Lech Kaczynski obligó a un piloto a aterrizar en Georgia a pesar de las advertencias de la torre de control. El comandante se negó en un primer momento y tras ello fue despedido. Posó la máquina sobre la pista de milagro, según él mismo indicó días después.
'Si no consigo posar la máquina me voy a otro aeropuerto', dijo el piloto minutos antes de estrellarseEsta vez en la nave también viajaba el jefe de las fuerzas aéreas polacas, aunque desde el Gobierno prefieren descartar la posibilidad de cualquier presión sobre la tripulación. "Es el piloto quien toma la decisión en última instancia, incluso si viaja con el presidente a bordo", asegura uno de los trabajadores del aeropuerto de Smolensk.
Entre los restos recuperados del accidente se han encontrado teléfonos móviles, ropa, diversos documentos y libros sobre la masacre de Katyn. Las tres cajas negras, ya halladas y tras un primer examen, viajan hacia Moscú para ser analizadas a fondo. Los forenses rusos han esperado a las autoridades polacas para recuperar los datos "para descartar cualquier tipo de sospechas sobre la ocultación de información", asegura uno de los encargados del caso.
"Desde que el avión atravesó la densa capa de niebla hasta que los pilotos se percataron de que estaban a escasos metros de un choque inevitable pasaron apenas seis segundos", dice Talbojew, un tiempo del todo insuficiente para corregir la trayectoria del aparato.
¿Por qué iban todos en el mismo avión?
En Polonia ésta es una de las preguntas más formuladas en los últimos días. Sin embargo, la única norma que existe al respecto es que en el mismo vuelo no pueden ir el primer ministro junto a su sustituto. En este caso no había tal coincidencia. En el Tupolev viajaban diversas personalidades de la cúpula del Estado, pero de distintos ministerios y estamentos. El jefe de las fuerzas aéreas volaba junto al dirigente de las marítimas y las de tierra, pero al ser de ejércitos distintos, no había imposibilidad legal de que viajasen juntos.
¿Beneficiará la catástrofe al partido de los Kaczynski?
De momento todo parece un caos en equilibrio. Como muestra de la situación están las decisiones sobre los funerales de Estado, que están tardando por que las personas encargadas de este tipo de asuntos iban en el avión accidentado.
La consigna que declaró el presidente en funciones, Bronislaw Komorowski, horas después de la catástrofe era clara: "ahora no hay izquierdas ni derechas, todos debemos estar unidos". Y así está siendo el sentir de los polacos. Las muestras de cariño, apoyo y unión que están mostrando los ciudadanos no tienen precedente. Lo más parecido a este fulgor popular se dio tras la muerte de Juan Pablo II. Kaczynski no era un presidente muy querido. Su política era demasiado conservadora y la gran mayoría de la opinión pública le despreciaba. Sin embargo, ahora todo ha cambiado. Aunque dentro de dos meses habrá elecciones anticipadas y se verá realmente cuánto queda de ese espíritu de solidaridad y concordia.
Torre de control: 'Es el piloto quien toma la decisión en última instancia, incluso si viaja con el presidente a bordo'Los analistas políticos auguran una transición tranquila. "El país ha quedado descabezado, pero tenemos los recursos suficientes para reconducir la situación", decía hace escasas horas un profesor de universidad que visitaba el Palacio presidencial.
Todo apunta a que 'Platforma Obywatelska', partido del actual presidente y candidato a la presidencia Bronislaw Komorowski, es el favorito. Los rumores sobre el abandono de la vida política de Jaroslaw Kaczynski están cobrando fuerza, por lo que 'Ley y Justicia', el partido de los gemelos Kaczynski, quedaría finalmente huérfano y perdería la poca fuerza que le queda.
Caprichos del destino, el hermano del fallecido no subió al avión siniestrado porque se quedó a cuidar de su madre, gravemente enferma. La afección de la anciana, quien todavía no conoce la noticia de la muerte de su hijo, parece haber salvado a Jaroslaw de una muerte segura, aunque el dolor que siente tras la pérdida de su hermano puede que supere cualquier aspiración política futura.
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