(25/02/2010, Lainformacion.com, Reuters)
Varsovia - Polonia está celebrando los 200 años del nacimiento de uno de sus hijos más famosos, el compositor Frederic Chopin, con una maratón de una semana de recitales de su música, un billete en su memoria y un nuevo y moderno museo.
Pianistas de fama internacional, como el chino Lang Lang, el israelí Daniel Barenboim, el prodigio polaco Rafal Blechacz y el estadounidense Garrick Ohlsson, tocarán en salas de conciertos repletas y el melancólico rostro de Chopin contempla al visitante en carteles situados en todas las esquinas.
Considerado durante mucho tiempo un tesoro nacional, el bicentenario de Chopin brinda una ocasión oportuna para promocionar Polonia como un país de gran cultura, anclado firmemente en Europa tras un trágico siglo XX, y debería ayudar a atraer un gran número de turistas.
Pero un reciente sondeo muestra que muchos polacos saben muy poco sobre su ilustre compatriota y algunos dicen que Polonia honraría la memoria de Chopin mucho mejor invirtiendo más en educación musical que pagando a artistas extranjeros.
Con los expertos divididos sobre si Chopin nació el 22 de febrero o el 1 de marzo de 1810, los organizadores del festival han decidido unir las dos fechas con continuos recitales de su obra que durarían 171 horas en un edificio neoclásico en la Varsovia antigua.
"Gente de todas las edades vendrá a nuestros recitales y eso es exactamente a lo que esperamos", dijo Edyta Duda-Olechowska, una de las organizadoras. "Jubilados que no han ido a un concierto en más de 10 años están muy felices, no pueden creer que todo es gratis".
La obra de Chopin, que va desde elegíacas sonatas y conciertos hasta los animados bailes folclóricos de la mazurka, es admirada en Japón y China al igual que en Occidente y los conciertos que marcan su bicentenario se realizarán en muchos países, incluyendo la Shanghái Expo 2010.
Además se ha inaugurado una nueva sala en la finca de Zelazowa Wola, cerca de Varsovia, que también funciona de museo y está en el lugar donde Chopin nació de madre polaca y padre francés hace 200 años.
Con 20 años dejó su país y pasó la mayor parte de su vida adulta en París, pero siguió siendo un ferviente patriota y su obra está llena de nostalgia por su tierra, en aquella época dividida entre Rusia, Prusia y Austria-Hungría.
En el exilio contó con amigos como los compositores Franz Liszt y Hector Berlioz o el pintor Eugene Delacroix. Tuvo una turbulenta historia de amor con la novelista George Sand, y con problemas de salud, murió en 1849.
"El lengua que habla la música de Chopin es quizá el más íntimo de todo el cánon de la música occidental", escribió el historiador Adam Zamoyski en su libro "Chopin, príncipe de los románticos".
"Trasciende todo lo que sabemos del hombre y atrae al oyente a un mundo de espíritu que es la auténtica esencia de la experiencia artística romántica".
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