(Viena, 31/01/2010, EFE)
La selección islandesa se colgó la medalla de bronce del Campeonato de Europa, tras imponerse (26-29) a Polonia, en una encuentro en el que los nórdicos a punto estuvieron de perder, gracias a la excelente actuación del portero polaco Slawomir Szmal en la segunda mitad, una medalla que ya parecían tener colgada al descanso.
El conjunto nórdico pareció desde el inicio mucho más recuperado del varapalo que siempre supone quedarse fuera de una final que los polacos, que prácticamente se dejaron todas sus opciones de lograr la medalla de bronce con un pésimo arranque de encuentro.
Tal y como confirma el hecho de que los cañoneros polacos, el principal argumento ofensivo de los de Bogdan Wenta, necesitaran casi quince minutos para anotar un gol desde más allá de los nueve metros.
Una circunstancia que no desaprovechó Islandia para cerrar cada vez más y más las opciones de pase al pivote Bartosz Jurecki, hasta dejar sin recursos ofensivos al conjunto polaco, que se vio condenado a encadenar una pérdida tras otra.
Balones que el cuadro nórdico transformó en fulgurantes contragolpes, en los que el extremo del Rhein-Neckar Lowen alemán Gudjon Valur Sigurdsson demostró una eficacia demoledora.
El islandés Ingimundur Ingimundarson, (i), intenta marcar frente a Polonia durante el encuentro por el tercer y cuarto puesto del Campeonato de Europa de balonmano que se disputa en Viena, (Austria). EFE
Así, a la carrera, Islandia llegó a doblar en el marcador (6-12) a los polacos a falta de diez minutos para la conclusión del primer período.
Un tiempo que se convirtió en una auténtica condena para los eslavos, que muy mermados por las continuas exclusiones, dejaron escaparse definitivamente a Islandia, que prácticamente se colgó el bronce al llegar el descanso.
Y es que la renta de ocho tantos (10-18) de los nórdicos parecía imposible de remontar, pero no para los polacos, que pese a seguir sin contar con el acierto de su primera línea, se encomendaron al meta Slawomir Szmal para intentar la gesta.
Con Szmal en estado de gracia, la defensa polaca recuperó la solidez de la que había carecido en la primera mitad, y comenzó a poner en apuros al ataque islandés, que pareció sorprenderse de no encontrarse con las facilidades de los primeros treinta minutos.
Sorpresa que no tardó en dar paso a la confusión, lo que posibilitó la hasta entonces impensable reacción de los polacos, que poco a poco fueron recortando su desventaja hasta situarse a tan sólo dos tantos (18-20) del equipo nórdico.
Pero con sólo Michal Jurecki cumpliendo su papel de cañonero, la remontada de Polonia nunca se llegó a completar y eso que los polacos se llegaron a poner a un único gol (25-26) a menos de cinco minutos para la conclusión.
Unos minutos en los que, por fin, aparecieron tanto el veterano Olafur Stefansson, como el prometedor Aron Palmarsson, con un gol y una perfecta asistencia, que volvieron a dar aire (25-28) al conjunto dirigido por Gudmundur Gudmundsson.
Aunque quienes finalmente salvarían la medalla de bronce para los nórdicos serían el extremo Alexander Petersson con un espectacular robo de balón y el meta suplente Hreidar Gudmundsson, que con una magistral parada selló el triunfo final (29-26) de los islandeses.
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