(ARANTZA CORTÉS. Lodz. Heraldo.es. 21/10/2010)
Aficionado al voleibol: si alguna vez quiere ver un partido en el mejor escenario, no dude, viaje hasta Lodz y disfrutará del mayor espectáculo digno de vivirlo en directo. La catedral del 'voley' en Europa se levanta en la segunda ciudad más habitada de Polonia, cubierta de nieve y envuelta en un frío glacial. Pero en el majestuoso Atlas Arena los copos no se sienten, el viento no molesta. Ni hace falta calefacción. El calor emana de 12.500 enloquecidos hinchas que con sus aplausos y sus gritos son capaces que levantar el mercurio y a un equipo, el Skra Belchatow, que camina hacia la corona europea. Cada miércoles de 'Champions' se prepara una fiesta en el Atlas Arena. Ayer, el CAI Teruel estaba invitado a la última que cerraba la liguilla del grupo D. El conjunto de Óscar Novillo se jugaba el último cartucho para mantener viva la vía 'Champions'. Pero cayó ante un rival que se presentó con los reservas (de lujo). Con la cabeza alta y sin el premio por el trabajo bien hecho. Al CAI le faltó rematar, y el Belchatow tiró en los momentos críticos (primer y tercer set) de los titulares para culminar el trabajo. El conjunto aragonés esperaba el resultado del duelo Roeselare-Kragujevac, y la lógica se impuso en la cancha belga (3-0). Colocado en la tercera posición, el CAI sigue en Europa, en la Copa CEV. Y en el horizonte, una 'Final Four' en la segunda competición continental. Un sueño y una recompensa que endulza el esfuerzo.
Panorámica del impresionante Atlas Arena Lodz. A. CORTÉS
El Belchatow coge el autobús siempre que hay partido de Liga de Campeones. Se desplaza 50 kilómetros hasta Lodz, donde ha encontrado el escenario ideal para hacer realidad su sueño: levantar el trofeo de 'Champions'. El subcampeón del mundo de clubes es una máquina en la pista. Pero lo mejor está en la grada y en un público que ama el voleibol y a unos jugadores hasta el delirio. Que los adoran como si fueran estrellas del fútbol: paseíllo de las 'cheerleaders' antes y después del partido, autógrafos, fotos, besos... Porque en Polonia, el deporte de la red es una religión que se mama desde pequeño, que se cuida en las escuelas, que se fomenta en las universidades, que se trabaja en los clubes, que apoyan patrocinadores, que se presenta en las mejores instalaciones, que se retransmite por la televisión, que llena páginas de periódicos… Todo lo anterior se plasma en el Belchatow, que arrastra una caravana de más de 12.000 fieles. Ayer, el Atlas Arena, sede de la final del Europeo femenino de 'voley', del Eurobasket 2009 y posible decorado de la 'Final Four' de la Champions 2009/2010, se tiñó con bufandas amarillas y negras -colores que identifican al 'Yellow submarine' de sus amores y cuyo canto retumbaba en la instalación de forma circular-, pelucas, tambores, trompetas... Lo más efectivo son las palmas y las voces, y al grito del 'speaker' todos cumplen, y ¡en pie!: impresionante.
"Hasta la victoria, siempre", reza la pancarta de los 'hooligans' del Belchatow. Célebre frase del Che Guevara, lema revolucionario que tienen memorizados los jugadores de Jacek Nawrocki. En el Atlas Arena, el Belchatow presenta limpia su hoja de trabajo. Y ayer, el técnico no iba a permitir que el CAI, que saltó sin Suela (tuvo que regresar por el nacimiento de su hija), ensuciara su estadística. Aunque el equipo aragonés estuvo en un ¡ay! de destrozar el planteamiento del rival, que salió a la pista sin Antiga, Falasca, Wlazly y Wnuk, líderes indiscutibles y ayer espectadores de lujo. Pero Nawrocki posee un fondo de armario amplio y con calidad. Y los 'reservas' manejaron el balón hasta que el CAI supo dónde hacer daño: en Kurek, encargado de la recepción. Concentrado y elaborando las jugadas con criterio, el CAI rompió el guión y tomó el mando del primer set (4-8, 14-16, 19-21) con un inspirado Rocamora en ataque, que arrebató la titularidad a Iban Pérez. Nawrocki se puso nervioso y miró al banquillo, a la veteranía y experiencia. El Belchatow salvó dos bolas de set (22-24) y mató la manga que no terminó de definir el CAI.
Dolido por la resolución final, envalentonado por el éxito. CAI y Belchatow. La ola en el Atlas Arena y la mascota, una 'abeja Maya' muy particular, revoloteando ante la cámara. El conjunto turolense no tuvo margen para la reacción en el segundo parcial, con la escuadra polaca lanzada, machacando sin piedad. Pero el CAI tiene fe, y respondió con rabia, con cabeza en un pabellón que era una fiesta. Su osadía no acallaba a los fieles. Y con garra, el tercer set se alumbraba del color naranja. Cada vez más naranja (19-23). El CAI no consumaba el trabajo y el Belchatow no dudó, como el árbitro Jankovskis, en arrebatarle un punto con 22-23 y la sonrisa que merecía lucir ayer el CAI Teruel.
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