miércoles, 26 de mayo de 2010

Polonia aprueba las ayudas para los afectados por una riada que ya cuenta 16 muertes

Polonia-inundaciones

(EFE, 25/05/2010)




El gobierno polaco aprobó hoy 500 millones de euros de ayudas urgentes para los damnificados por las inundaciones, las más intensas en 160 años, con fuertes riadas que durante la última semana han provocado la muerte de 16 personas y anegado varias poblaciones y campos de cultivo.
La última víctima es una adolescente de 13 años que había desaparecido días atrás y que finalmente ha sido encontrada por los bomberos en las aguas del Vístula, el principal río del país y protagonista de una crecida que ha arrasado con todo a su paso.
El primer ministro, Donald Tusk, anunció hoy un paquete excepcional de ayudas que llega en plena política de austeridad económica y reducción del déficit estatal, tal y como han recomendado la Unión Europea (UE) y las principales instituciones financieras internacionales.
'Tenemos que aplicar los fondos de asistencia de una forma en la que la estabilidad de las cuentas públicas no se vea amenazada', señaló Tusk, quien reconoció que será necesario reordenar el presupuesto nacional y los fondos de asistencia para evitar un incremento de la deuda nacional.
A pesar de la magnitud del desastre y de las críticas de la oposición, un 52 por ciento de los polacos consideran que el gabinete de Tusk está respondiendo bien a la crisis, mientras que un nueve por ciento asegura que lo está haciendo 'muy bien', según un sondeo emitido por la cadena de televisión TVN24.
Mientras, la riada, que ya ha arrasado el sur del país, avanza hacia el norte, donde sus habitantes se fortifican con diques improvisados e intentan poner a salvo sus pertenencias de la violencia del agua.
Ejército, bomberos y residentes se esfuerzan en reforzar con sacos de arena los diques en las zonas ribereñas de la región de Pomorskie, donde las ciudades de Tczew y Gniew son las más amenazadas por la crecida, mientras varias familias han sido ya evacuadas.
Junto a ellos, equipos de rescate venidos de Alemania, Francia, Ucrania y Lituania colaboran en las labores de achique de agua y reconstrucción del trazado del río, en una tarea en la que incluso varios centenares de presos han sido puestos a trabajar.
Mientras, en el sur queda la desolación provocada por las intensas riadas, con 120 kilómetros de la región de Podkarpacie, bajo el agua, según las primeras estimaciones.
Ésta ha sido una de las regiones más afectadas por las inundaciones, con más de 9.000 evacuados y un millón y medio de sacos de arena usados para intentar domar al río, que ha dejado a su paso un cauce de desolación.
Setenta bomberos llegados desde Ucrania colaboran con los vecinos en el achique de agua de sótanos en varios pueblos del norte de Podkarpacie, donde los vecinos siguen sin luz y agua corriente, un escenario que se repite en varias localidades de la provincia limítrofe de Malopolska.
La dramática situación ha obligado a evacuar a miles de ciudadanos y animales, especialmente en las cercanías de la ciudad de Plock, a unos 80 kilómetros de Varsovia, donde la rotura de varios diques ha dejado varias comarcas rurales anegadas por el agua y ha obligado a reubicar temporalmente a 4.000 personas y a otros tantos animales, sobre todo vacas, cerdos y perros.
El ejecutivo ha reconocido que las inundaciones «han sido peores de lo esperado» y han superado las defensas construidas en el cauce del río, incluido a su paso por la capital, Varsovia, donde todavía hoy varias calles principales siguen cortadas y varias escuelas cerradas, mientras los servicios públicos continúan un intenso trabajo para mitigar los efectos de la inundación.
El problema en estas ciudades es la filtración del agua a través de los diques, lo que provocan movimientos de tierra, socavones y problemas en estructuras ribereñas al río.
'Los diques han quedado muy dañados después de soportar inundaciones durante varios días', reconoció la portavoz del Ministerio de Interior, Malgorzata Wozniak.
Al mismo tiempo, las áreas rurales han visto sus cosechas dañadas y en zonas del sur del país han quedado destruidos más de la mitad de los cultivos de tomate y pepino, una situación que ya se ha dejado notar en los principales mercados del país, donde las hortalizas han visto cómo su precio aumentaba hoy.

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