martes, 8 de septiembre de 2009

El horror acerca a Rusia y Polonia

Acuerdan revisar la historia de forma objetiva para aclarar su papel en el inicio de la contienda



Presidentes y jefes de gobierno de varios países homenajean a los caídos en el ataque a Westerplatte durante la invasión germana de Polonia. / AP

Putin, conciliador, se mostró partidario de «caminar juntos hacia la verdad»
La canciller, Angela Merkel, se «inclinó ante las víctimas» de la ocupación nazi

(P. SOTO | COLPISA. VARSOVIA. La verdad.es)

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, tendió ayer la mano a Polonia durante la ceremonia que se celebró en Gdansk -la antigua ciudad libre de Danzig, al norte del país- con motivo del 70 aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Además del mandatario ruso, el evento reunió a una veintena de jefes de Estado y de gobierno, como la canciller alemana, Angela Merkel, y los primeros ministros de Francia e Italia, François Fillon y Silvio Berlusconi.
La conmemoración se llevó a cabo en un contexto de tensiones entre Moscú y Varsovia, después de que se difundieran en los últimos días en Rusia una serie de documentos de dudoso rigor histórico que engrandecen el papel de Stalin durante la contienda y denuncian que Polonia llegó a un acuerdo con Hitler, en 1934, para atacar a la URSS.
Esta serie de acusaciones, que ayer volvieron a repetirse con la presentación de antiguos informes de inteligencia en Moscú, despertaron un profundo malestar en Polonia. Ante esta situación y después de reunirse con el primer ministro polaco, Donald Tusk, el premier ruso optó por desbrozar la senda de la reconciliación. En una rueda de prensa tras su cita con el jefe de Gobierno polaco, se mostró partidario de superar los problemas heredados de la historia con «pragmatismo» y de «caminar juntos hacia la verdad».
Horas después, durante su discurso en la ceremonia de conmemoración del inicio de la guerra, el dirigente del Kremlin remarcó su perfil más conciliador. Putin volvió a condenar todos los pactos rubricados con Adolf Hitler entre 1934 y 1939, incluido el acuerdo germano-soviético de no agresión que propició el reparto de Polonia, porque eran «moralmente inaceptables, no tenían ningún sentido político, y fueron nocivos y peligrosos». En este sentido, dio por sentado que Rusia «ha admitido sus errores» y emplazó a los demás países «que también concluyeron acuerdos con los nazis a hacer lo mismo».
En un intento por empezar a alejar ya los fantasmas del pasado, Putin y Tusk señalaron como primer paso para lograr la reconciliación «respetar» las conclusiones que emita el grupo de especialistas de los dos países sobre los pasajes más trágicos y oscuros de la historia común, como el asesinato de más de 20.000 oficiales polacos en Katyn (actual Ucrania) a manos de la Policía política de Stalin. «Queremos que esta tragedia de la Segunda Guerra Mundial no se repita jamás», enfatizó el mandatario del Kremlin, que abogó por interpretar la historia de forma «objetiva». Los dos jefes de Gobierno dieron el visto bueno a la firma de diversos convenios en materia económica, energética y de pesca.
Sufrimiento
La canciller alemana, que eludió interceder en la controversia que arrastran Polonia y Rusia, subrayó en su discurso las consecuencias de la invasión germana de Polonia. «La guerra provocó años de injusticia, humillación y destrucción», proclamó antes de confesar que «no existen palabras que puedan describir ni tan siquiera de cerca el sufrimiento de esa contienda y del Holocausto». Por todo ello, se «inclinó ante las víctimas» para «recordar como canciller alemana a todos los polacos que sufrieron lo indecible a manos de la fuerza de ocupación alemana».
El 1 de septiembre de 1939, las tropas del Tercer Reich invadieron Polonia. Fue el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Francia y Reino Unido declararon la guerra a Alemania dos días después y a los 17 días de la intervención nazi, la URSS, que había firmado un acuerdo de no agresión mutua con Alemania, invadió el este polaco.
Seis años de guerra dejaron más de 50 millones de muertos -el 20% de la población de Polonia pereció- y un panorama desolador en toda Europa. La ciudad de Gdansk fue el escenario de los actos de conmemoración de ayer. A esa hora sonaron unos cañonazos, que recordaron los disparos que efectuó hace 70 años el buque de guerra teutón Schleswig-Holstein contra la base militar de Westerplatte con los que arrancó la contienda. El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y el primer ministro, Donald Tusk, se reunieron con un nutrido grupo de veteranos para recordar «quién comenzó la guerra, quién fue el culpable, quién fue el ejecutor y quién fue la víctima de la agresión».

No hay comentarios: